Hace más o menos una semana, mi tía de 59 años me llamó por teléfono. Hacía meses que no hablábamos, así que me sorprendió. Luego de los saludos convencionales, me pidió que le pasara información clara, confiable y bien explicada para entender qué estaba pasando con la guerra en Ucrania. «Es nuestro mundo», me dijo. Sentí lindo su interés pero, sobre todo, la confianza. Me quedé pensando en eso: cómo, en medio de la incertidumbre y del desorden de la información, la confianza es un elemento clave para las personas.
Sobre eso se trata este envío: sobre la desinformación, la información errónea y cómo circula en las plataformas digitales, desde YouTube hasta TikTok, desde las teorías de conspiración antivacunas hasta la propaganda en tiempos de guerra.
En la más reciente entrada de nuestro blog, la investigadora Gabriela Sued explica que «la desinformación es dinámica y depende de ciertos factores contextuales». La incertidumbre es un ejemplo de esos factores contextuales «a menor incertidumbre, menor desinformación», advierte.
Entonces eso: reducir la incertidumbre. Construir confianza. La verificación y chequeo de datos profesional y colaborativa es una forma de conseguirlo. Un ejemplo es la International Fact-checking Network que, hasta el momento de enviar este boletín, ha desmentido 449 materiales desinformativos sobre la invasión Rusa a Ucrania.
Es fundamental allegarnos a fuentes confiables —que no infalibles—, pero también dialogar con el otro, mantener la apertura a puntos de vista distintos al nuestro. En gran medida, por eso estamos aquí, proponiendo un intercambio contigo y el resto de la comunidad AMIDI.
Gracias por acompañarnos. Gracias, pues, por la confianza para permitirnos llegar a tu bandeja de entrada y compartir contigo.
Adrián Carrera Ahumada
Coordinador de difusión y comunidades
Cátedra UNESCO AMIDI UDG
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